Una Batalla Más

Muchas veces nos sentimos demasiado cansados, derrotados, incluso a veces hasta decímos que tenemos mala suerte, que nada nos sale bien, que no se nos dá el estudio, que el amor no fue hecho para nosotros y un sin fín de pensamientos negativos que atribulan nuestra forma de ser, de vivir y de pensar, haciendo que caigamos en depresiones, ideologías negativas y otras situaciones que lo único que logran es hundirnos aún más en el desastrozo estado en el que nos encontramos. En esos momentos de crísis, cuando sentímos que ya no podemos más, que hagamos lo que hagamos, siempre vamos a llegar al fracaso que ha sido el factor común de los últimos proyectos o actividades que hemos realizado, aquellos momentos cuando sentímos que Dios no nos escucha, o tal vez está ocupado impidiendo la guerra en Irak o pensando qué hacer con la maldad que ha aumento en el mundo en los últimos tiempos, y nos decimos: "Nooo, Dios no tendrá tiempo para atenderme", y caemos en el error de alejarnos de Dios, dejamos de orar, se nos quitan las ganas de asistir a la iglesia, leer la Biblia  y nos adentramos en el camino que nos lleva hacia el enfriamiento total, y es ahí cuando ya no tenemos fuerzas para una batalla más. La Biblia menciona una historia muy similar a las situaciones que hemos vivído, y encontramos dicha historia en 1 Samuel 30 : 1 - 24, en esta porción de la Biblia se nos narra una historia que involucra a el Rey David y a su ejército, quienes se encuentran en una de las tantas luchas libradas para la toma de la tierra prometida, en una de esas luchas, mientras ellos se encontraban en el frente de batalla, otro pueblo, los Amalecitas, llegaron y se llevaron todo lo que tenían en el campamento, incluyendo mujeres y niños. Los israelítas que iban con David, obviamente regresaron cansados de la batalla que habían librado, como nos sentímos muchos de nosotros, y seguramente lo que querían era llegar a su casa, darle un beso a su esposa, jugar Nintendo con sus hijos, ver un partido de fútbol del Real Madrid o del Barcelona, no se, se me ocurren  muchas cosas, seguramente lo que querían era descansar, lo cual tenían bien merecido, y al llegar se topan con que los habían invadido y se habían llevado todo. David, se vio en dificultades, pero optó por la opción que la mayoría de veces dejamos pasar y que es lo que tenemos que hacer, "La Oración", según nos narra la Biblia, David consultó a Dios y Él le dijo que siguiera a quienes los habían invadido y que los iban a vencer, pero ahora viene el siguiente dilema: ¿Cómo decirle a un ejército de hombres cansados física y sicológicamente, heridos, golpeados, que deben ir a luchar de nuevo para recuperar sus pertenencias? La verdad lo he pensado muchas veces y no me gustaría estar en los zapatos de David en ese momento, y es algo que nos pasa a menudo, cuando uno de nuestros seres queridos está golpeado por la muerte de un familiar, el fracaso en una entrevista de trabajo, el rompimiento de un noviazgo, ¿Cómo le decimos que siga adelante? ¿Qué podemos hacer para levantar su ánimo? La verdad, la clave está en la oración, David consultó a Dios y si Dios le dijo que fuera a recuperar lo que habían perdido, seguramente Dios le dijo cómo hablarles a los soldados y la situación al final resultó en que David los convenció de que fueran. Aún con lo cansados que iban, todos los soldados acompañaron a David y viene el momento que me interesa explicarte, al llegar a un arroyo, una parte del ejército se quedó descansando porque ya no podían más, mientras que la otra parte pasó el arroyo con David, fueron y vencieron a los Amalecitas y lograron retomar lo que les pertenecía. Al regresar al arroyo con las mujeres, niños y el gran botín que habían recolectado, un soldado, quiero imaginar que es el más egoísta y menos agradable de todos exclamó: "Los que se quedaron tirados no deben tomar parte del botín, que tomen a sus mujeres y a sus hijos y que se larguen de aquí", imagino que yo también hubiera pensado lo mismo que el desagradable soldado, pero la Biblia nos dice que los pensamientos de Dios no son como los nuestros y David, el Rey, expresa con inspiración divina: "No sean así mis hermanos, nosotros no tomamos nada sino que fue Dios quien nos lo dio todo, entonces los que fuimos a la batalla, así como los que se quedaron cuidando las pertenencias en el arroyo, todos tenemos derecho a tomar parte del botín". Es increíble la naturaleza de los pensamientos de Dios y la forma en que Él nos recompensa a pesar de que tal vez ya no tenemos fuerzas para una batalla más, a mí me ha pasado, hay momentos en los que ya no tengo fuerzas para un fracaso o una derrota más, sin embargo Dios no te juzga, ni te deja sin parte del botín porque ya no tenías fuerzas para una batalla más, Dios sabe que has luchado, que te has entregado y no te va a reprochar o recriminar por haber faltado a una batalla luego de que has disputado cientos anteriormente, Dios quiere que sigas adelante, si fallaste esta batalla, no importa, siempre seguirás siendo un hijo de Dios y Él quiere que te levantes y te alistes para la próxima batalla, yo se que a veces es difícil, como te digo, lo he experimentado, pero Dios no quiere que te alejes de su presencia, cuándo sentimos que ya no podemos, que el próximo proyecto va a fracasar, que nunca vamos a obtener un buen hombre o mujer como pareja, que el amor no fue hecho para nosotros, que nunca vas a poder superar el vacío dejado por un ser querido fallecido, Dios te dice "No te preocupes hijo mío, han sido muchas batallas, ahora descansa, yo pelearé por tí, y luego te levantarás con alas como de águila para estar listo para la próxima batalla". Yo te animo que no te rindás, Dios tiene un gran propósito para tu vida, pero no te desanimes si ya no tienes fuerzas, Dios siempre ha estado, está y estará a tu lado para levantarte y darte fuerzas para una batalla más, Él no te juzgará por lo malo que hayas hecho o porque le hayas fallado una sóla vez, entrega tu vida en sus manos y Él te levantará para seguir adelante.

Espero que esta reflexión haya sido de bendición para tu vida y te quiero pedir un favor, que compartas con tus amigos la dirección del blog y llevemos juntos una palabra de motivación para sus vidas, un oásis para su corazón. También te quiero animar a que te suscribas para poder recibir un mensaje en tu correo electrónico cuando una nueva publicación haya sido agregada. Gracias por dedicar tiempo para leer este blog y la gloria sea a Dios por siempre y que Él siga bendiciendo tu vida y la de tus seres queridos. Espera la siguiente publicación la próxima semana. Un abrazo.

Filipenses 4:13 "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece".

Comentarios

  1. Muy cierto vs... bendiciones...
    Segui escribiendoo... =)

    ResponderEliminar
  2. Tienes toda la razón en lo que dices cielo.. Espero que Diosito te bendiga siempre y que te de esa inspiración para seguir bendiciendo a otros con tus palabras.. te amo corazón...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario